Conferencia de la cátedra: Características e impacto económico de las personas migrantes y refugiadas en Costa Rica
El programa Habilidades para la vida se sigue expandiendo. En una nota publicada anteriormente, se mencionó que hubo una mejoría en los resultados de los exámenes de bachillerato del Liceo Dr. José María Castro Madriz. Según la directora del colegio y los mismos muchachos, Habilidades para la Vida contribuyó a esa mejora en el rendimiento académico.
A partir de este I ciclo 2017, se amplió el programa a dos centros educativos más: el Colegio Técnico Profesional de Purral y el Colegio Técnico Profesional de San Sebastián. El sábado 4 de marzo inició la primera de siete tutorías que serán impartidas hasta el sábado 22 de abril. Un total de treinta estudiantes de la UCR, matriculados en el TCU TC-665 en agosto y noviembre del año pasado, se dividieron en grupos de diez tutores que acompañan a los alumnos inscritos en cada colegio. De esta forma, se cubrirá a 60 estudiantes de duodécimo del Colegio Técnico Profesional de San Sebastián, 65 estudiantes de duodécimo del Colegio Técnico Profesional de Purral y 70 estudiantes de undécimo del Liceo Dr. José María Castro Madriz; es decir, un total de 195 jóvenes de secundaria recibirán la formación brindada por Habilidades para la Vida. El grupo del Liceo Castro Madriz corresponde a estudiantes que ya habían participado en ocho sesiones durante el 2016 y están terminando el programa.
Habilidades para la vida es un trabajo interdisciplinario cuyos colaboradores provienen de diversas carreras de la Universidad de Costa Rica. Utiliza una metodología que combina actividades didácticas y de producción con el fin de que los estudiantes comprendan que el lenguaje va más allá de la oralidad y la escritura, y que las matemáticas se asimilan con mayor facilidad si se les pierde el miedo. Además se busca fomentar el trabajo en equipo y se promueve la expresión de las propias ideas y opiniones, así como la tolerancia y la capacidad de aceptar la existencia de diversas soluciones para un mismo problema. Para ello se crean situaciones y problemas contextualizados y cercanos a la realidad con los cuales se busca que el estudiante haga un esfuerzo de interpretación y comprenda que las habilidades comunicativas y las cuantitativas se intersecan y complementan en muchísimas áreas de la vida cotidiana.
La adopción de este programa en nuestro TCU responde al reconocimiento del gran trabajo realizado por la Vicerrectoría de Vida Estudiantil y nuestras colegas de la Facultad de Educación en Sarapiquí y Nicoya. Ellas abrieron brecha y nos dan la ocasión, con la metodología que desarrollaron, de poner nuestro granito de arena en el logro de una mayor igualdad de oportunidades para los estudiantes de nuestros colegios públicos.
En las fotografías adjuntas se observan a las y los estudiantes que actualmente están participando del programa en los tres colegios.